jueves, 4 de abril de 2013

El puente de Mantes . Corot

Relizada entre 1868 y 1870, es una de las últimas obras llevadas a cabo por Corot. El pintor había trabado una solida amistad con un magistrado de Mantes , Louis Robert, y desde 1855 acudía casi cada año a la región .La costumbre que adoptó el artista se debía tanto al afecto que sentía por su amigo como a la belleza que había encontrado en el puente medieval,que representó en una docena de ocasiones desde diferentes ángulos y puntos de vista. En este ejemplo en particular , Corot  ha  abandonado un poco la atmósfera vaporosa, la difusión  y modulaciones líricas de sus composiciones.
La rigidez geométrica del pétreo puente no
impiden , sin embargo , expresar la "ingenuidad
y originalidad únicas" de Corot que Baudelaire
distinguió en 1855. El contraste de la materia con la que están constituidos cada unos de  los elementos del cuadro, despierta en el espectador una sensación de serenidad y armonía que el pintor supo trasmitir en la mayoría de sus obras. La fragilidad , la fluidez , el juego de sombras difusas, de reflejos y sombras más sostenidas del paisaje , pueden establecer en este caso , sin ningún tipo de obstáculos , una relación  directa entre Corot y el  "Impresionismo.
 El pintor ha representado en "El puente de Mantes"  una orilla del  Sena situada en Mantes la Jolie , con la gran audacia de ocupar el primer plano de ella con simples troncos de árboles que , a la vez , conceden  el ritmo de la composición y destacan la luminosidad del segundo plano. Asimismo , la figura  cortada de los árboles puede interpretarse  como un recurso  tomado de la fotografía  que , más tarde , su gran admirador  Edgar Degas se encargaría  de desarrollar en profundidad.
La nota de  color del hombre solitario de sombrero rojo que  ocupa la embarcación próxima a la orilla , confiere a la composición un sutil equilibrio. En el fondo podemos apreciar, bajo un cielo de delicada tonalidad, una colina y un par  de casas.Tanto en sus paisajes como en sus otras representaciones pictóricas , fue un retratista de primer nivel , admirado por Degas , Van Gogh , Gauguin y Cézanne , Camille Corot conserva  siempre una serenidad que pasa  por naturalidad , una sensibilidad estética que , en el fondo , procede de una visión ordenada y poética del mundo que  no necesita argumento. Este oleo sobre tela , cuyas medidas son de 38 x 55 cm, puede contemplarse en el Musée du Louvre (París).


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